La seguridad alimentaria en riesgo

Más de 350 millones de agricultores a pequeña escala advierten que la seguridad alimentaria global corre riesgo si no se recibe más apoyo para la adaptación climática

Organizaciones en representación de más de 350 millones de productores y agricultores a pequeña escala publicaron hoy una carta abierta dirigida a los líderes mundiales, donde advierten que la seguridad alimentaria global corre riesgo a menos que los Gobiernos proporcionen financiación para la adaptación a los productores de pequeña escala y promuevan un cambio hacia una agricultura más diversa y con baja demanda de recursos.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) comienza en Egipto hoy mismo y allí se reunirán 90 jefes de Estado para discutir cuestiones relativas a la seguridad alimentaria y la financiación de la adaptación climática. 

Más de 70 redes y organizaciones en representación de agricultores, pescadores, pastores y productores forestales han firmado la carta, incluido el Foro Rural Mundial, que representa a 35 millones de agricultores a pequeña escala en los cinco continentes, la Alianza para la Soberanía Alimentaria en África, que representa a 200 millones de productores a pequeña escala en el continente, la Asociación de Agricultores Asiáticos para el Desarrollo Sostenible, que cuenta con 13 millones de miembros, y la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica en América Latina. Organizaciones nacionales de países que incluyen desde India hasta Jordania y los Estados Unidos también han firmado la carta. 

En ella se advierte que el sistema alimentario global no está bien preparado para lidiar con el impacto del cambio climático, incluso si limitamos el calentamiento global a 1,5 °C. Además, afirma que «desarrollar un sistema alimentario que pueda alimentar a todo el mundo en un planeta con cada vez más temperatura» debe ser una prioridad para la COP27. 

Los productores a pequeña escala son fundamentales para lograr la seguridad alimentaria global, puesto que producen el 80% de los alimentos que se consumen en regiones como Asia y el África subsahariana. Sin embargo, solamente representaron el 1,7% del flujo de financiación climática en 2018 es decir, solo $10 mil millones, en comparación con los, aproximadamente, $240 mil millones por año que se necesitan para ayudarlos a adaptarse al cambio climático–. El progreso en la financiación es una clave para el éxito en la COP27. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizó en Glasgow en 2021, los países desarrollados económicamente acordaron duplicar la financiación general para la adaptación y así llegar a $40 mil millones por año hasta 2025, lo cual representa solamente una parte de lo que se necesita.

Elizabeth Nsimadala, Presidenta de la Federación de Agricultores de África del Este, que representa a 25 millones de productores de alimentos y ha firmado la carta, declaró:

«Los productores en nuestras redes alimentan a millones de personas y apoyan a cientos de miles de empleos, pero han llegado a un punto crítico. Se necesita un impulso masivo en la financiación climática para garantizar que los productores a pequeña escala tengan la información, los recursos y la formación que se necesita para continuar alimentando a las próximas generaciones en el mundo». 

La COP27 está sucediendo en el medio de una crisis global en el precio de los alimentos. Si bien todavía no hay escasez mundial de alimentos, las sequías extremas, las inundaciones y el calor han perjudicado las cosechas de todo el mundo y los científicos advierten que ha aumentado el riesgo de que ocurran fallos simultáneos en los cultivos de los principales graneros del mundo. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha afirmado que un cambio hacia sistemas alimentarios más diversos y con menor demanda de recursos es fundamental para mantener la seguridad alimentaria en un clima cambiante.

Ma. Estrella Penunia, Secretaría General de la Asociación de Agricultores Asiáticos para el Desarrollo Rural Sostenible, que representa a 13 millones de agricultores a pequeña escala, declaró:

“Se gastan $611 mil millones para subsidiar la producción de alimentos cada año; gran parte de esa cifra se destina a la agricultura industrial que demanda un gran uso de productos químicos y, por lo tanto, es perjudicial para las personas y el medio ambiente. Esto no puede continuar. Los líderes deben escuchar a los agricultores y poner su peso político y financiero para promover el cambio hacia una producción de alimentos más diversa, sostenible y consolidada, en particular en agricultura, pesca, silvicultura y pastoreo agroecológicos.»

Los alimentos y la agricultura son muy ignorados en las negociaciones climáticas, a pesar de ser responsables del 34% de las emisiones, la mayoría de las cuales provienen de la agricultura industrial. 

Los firmantes piden a los Gobiernos que trabajen con ellos para desarrollar un sistema alimentario más sólido y sostenible. 

Laura Lorenzo, Directora del Foro Rural Mundial, declaró:

Los alimentos y la agricultura han sido ignorados en las negociaciones climáticas y las preocupaciones de los productores a pequeña escala han sido ignoradas. Los productores de alimentos a pequeña escala necesitamos un asiento en las mesas de negociación para dar nuestra opinión en las decisiones que nos afectan, desde el acceso seguro a la propiedad y tenencia de las tierras, hasta el acceso a créditos para la financiación, si queremos reconstruir nuestro maltrecho sistema alimentario.

Contacto 

Para obtener más información y coordinar entrevistas, inclusive durante la COP27, comuníquese con: [email protected]

Notas al editor

La carta completa se encuentra a continuación y la lista de firmantes está disponible aquí.

La carta ha sido coordinada por el Food and Farm Facility de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

LA CARTA

Estimados líderes mundiales:

El aumento del hambre durante el último año ha expuesto la fragilidad del sistema alimentario mundial. Es altamente vulnerable a los impactos, ya sean ocasionados por el COVID, los conflictos o el cambio climático, y no está preparado para un mundo donde el calor extremo, la sequía y las inundaciones son la nueva normalidad, incluso si limitamos el calentamiento global a 1,5 °C. Desarrollar un sistema alimentario que pueda alimentar a todo el mundo en un planeta con cada vez más temperatura debe ser una prioridad para la COP27. 

Y cualquier plan que suponga adaptar nuestro sistema alimentario debe comenzar con los productores y agricultores de pequeña escala. Somos fundamentales para lograr la seguridad alimentaria global, puesto que producimos el 80 % de los alimentos que se consumen en regiones como Asia y el África subsahariana. Sin embargo, décadas de desinversión y un sistema alimentario mundial desigual dirigido por y para poderosas compañías agrarias se traducen en falta de infraestructura, tecnología, recursos y espacio democrático para lidiar con un clima cada vez más extremo y errático. 

En todo el mundo, solamente el 1,7 % del financiamiento climático se invierte en acciones que apoyen los esfuerzos de los productores a pequeña escala para adaptarse. En un momento donde cada vez hay más inseguridad alimentaria, es fundamental que los encargados de tomar decisiones en la COP27 reconozcan la importancia que tenemos a la hora de alimentar al mundo y aumenten significativamente la cantidad de financiamiento para la adaptación disponible ahora y en el largo plazo. 

La COP27 también debe apoyar un cambio hacia una producción de alimentos más sustentable, que incluya prácticas agroecológicas. El conocimiento que hemos acumulado a lo largo de generaciones y la conclusión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático es que la diversidad es clave para la seguridad alimentaria. Desarrollar una mayor variedad de cultivos locales, cultivos mixtos, ganado, silvicultura y pesqueras, reducir el uso de productos químicos y crear vínculos sólidos con los mercados locales son acciones que crean resiliencia.

Más allá de la COP27, los productores a pequeña escala y el cambio hacia la producción sustentable de alimentos deben ser una prioridad política. Esto significa que debemos participar en las decisiones que afectan nuestros medios de subsistencia. Significa reenfocar los $611 mil millones que se gastan en subsidios para la producción de alimentos cada año, muchos de los cuales están dirigidos a agricultura industrial que es perjudicial para las personas y el medio ambiente. También significa hacer frente a las injusticias y desigualdades históricas que invaden nuestro sistema alimentario: la concentración de la propiedad de la tierra que está empujando a los agricultores a parcelas de tierra cada vez más pequeñas, o incluso forzándolos a abandonarlas por completo; y la discriminación que sufren las mujeres, quienes representan más de la mitad de los agricultores, pero poseen menos del 20 % de toda la tierra

Dejar atrás la agricultura industrial también ayudará a reducir las emisiones. El sistema alimentario actual es responsable del 34 % de los gases de efecto invernadero y está impulsando una crisis que podría ocasionar que casi un tercio de la tierra agrícola no pueda usarse para la producción de alimentos para fines del siglo; sin embargo, esto no se tiene en cuenta en las negociaciones climáticas. 

Cuando se reúnan en Egipto, nuestro mensaje es simple. Aprendan las lecciones del 2022. Escuchen a los 350 millones de agricultores y productores a pequeña escala que conforman nuestras redes. Trabajen con nosotros para sentar las bases para un sistema alimentario más sólido que alimente a las próximas generaciones.

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